Recuerde nuestra motivación no tiene que ser el transformarnos en
“creyentes” sino en “discípulos”.
Teniendo en cuenta esto es que quiero sumar un principio valioso
para seguir desafiándote a ser un buen discípulo de Cristo.
La Biblia nos relata un episodio previo a la entrada del pueblo de
Israel a tomar posesión de la tierra prometida. Moisés vuelve a repetir los
mandamientos de Dios delante del pueblo y al comenzar su recapitulación de la
ley menciona las siguientes palabras:
“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me
mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar
posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra
sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán
todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación
grande es esta. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a
ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación
grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo
pongo hoy delante de vosotros?”
Deuteronomio 4:5-8
Me atraen mucho las Palabras de Moisés
cuando dice que por vivir la voluntad de Dios seremos sabios e inteligentes y
las naciones hablarán acerca de ese pueblo sabio y entendido, del cual se nota
que tiene un Dios cercano.
Por mucho tiempo e incluso en la
actualidad, la sociedad común ve a la Iglesia como un grupo de gente ignorante,
retrógrada, anticuada, antiprogresista, etc. Y sabe lo triste, es que no se nos
cataloga de esa manera no porque la Biblia sea así, sino porque en muchos casos
lo hemos demostrado con nuestra ignorancia.
En nuestro país tuvimos en estos últimos
años episodios que golpearon la moral y los valores de la nación entera, pero
rescato de esos episodios un hecho negativo que debemos reconocer para cambiar
y redimir la tierra. Este hecho es que quedo expuesta la falta de voz profética
y la falta de firmeza de la Iglesia. Y debemos reconocer que el pueblo de Dios
le falta conocimiento de la Palabra y no sólo eso, sino también, el celo por
defenderla con nuestro ejemplo.
Volvamos a las palabras de Moisés. Si
hoy el pueblo de Dios se anima a VIVIR y no solo a conocer la ley de Dios
podemos empezar a cambiar el curso de la historia. En donde las naciones no se
rían ni rechacen los valores de Dios, sino donde les llame la atención, tal
como lo describió Moisés. Y que por la sabiduría de un pueblo que sigue
fervientemente a Dios las naciones busquen ser redimidas por los mismos
valores.
No te olvides de seguir creciendo en el
conocimiento de la Palabra de Dios. No sólo ello preocupémonos por vivirlos, y
estar preparados para transmitirlos con fe y seguridad.
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