A mitad de semana – ¡Vive! y por ello, yo también vivo

Este último fin de semana estuvimos recordando la muerte de Cristo en la cruz del calvario pero además estuvimos celebrando su resurrección y la victoria sobre la muerte.

Dijimos que en la victoria de Cristo tenemos:

-          Esperanza:

El hecho de que Cristo vuelva de la muerte nos llena de esperanza, porque no importa cuán difícil sea lo que en nuestra vida tengamos que enfrentar, aunque nos toquen situaciones que las consideramos trágicas, Cristo nos ayuda a ver que hay vida después de la cruz.
 

-          Fuerza:

El poder que levantó a Cristo de los muertos está disponible para nosotros hoy. (Efesios 1:19-20). No estás sólo, para  volver a recuperar tu vida tomate de esa fuerza que Dios quiere darte.

-          Vida plena:

Cristo vino para darnos vida y vida abundante. (Juan 10:10). Creo fervientemente en la plenitud de vida que nos espera el día que partamos a la presencia del Señor. Pero también creo que no tenemos que esperar a llegar al cielo para vivir una vida abundante. Tomate de Cristo, él es vida.

Pero además en el día de hoy, quiero volver a recordarte que en Cristo tenemos victoria, y gracias a que él se levantó de entre los muertos, hoy podemos vivir las bendiciones de su obra redentora.

La palabra del Señor nos dice:

“Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.”

1 Corintios 6:14

 

Cuántas veces hemos caído o tropezado en la vida. Algunas veces pudimos levantarnos por nuestra propia cuenta y seguir avanzando. Pero hay pozos en los que caemos de los cuales parece no haber salida. Muchas veces al encontrarnos allí pensamos que todo ha terminado.

Puede ser la pérdida de trabajo; la pérdida de un familiar; vicios; problemas financieros, afectivos, emocionales, etc.

Frente a estas cosas parece no haber más futuro. Quiero decirte que no es así. Hoy gracias a la victoria de Cristo podemos volver a estar de pie. No importa cuán profunda fue tu caída, si hoy crees que él se levantó de entre los muertos, (una situación que es sin retorno, Cristo lo hizo posible) podrás levantarte una vez más pero en esta ocasión para caminar una vida de victoria.

El poder de la resurrección es más fuerte que cualquier situación que en la vida nos toque enfrentar. Muchas de ellas pueden ser dolorosas, pero el poder de Dios que levanto a Cristo, te va a sanar, restaurar, equipar, y preparar para enfrentar el resto del camino que por delante nos queda.

Tomate del poder de su victoria.