A mitad de semana - Una Palabra que le da sentido a tu vida


¿Cuántas veces en la vida te cuestionaste lo que estás haciendo? Aún más ¿Cuántas veces cuestionaste tu fe o el servicio a Dios que estás desarrollando?
 
Hoy quiero acercarte un poco a la historia de un hombre que lucho con este sentimiento. Este hombre es Habacuc, profeta de Dios, que le toco anunciar una tragedia a su pueblo.
El resumen del Libro que lleva su nombre por título, es el de un hombre que le pide a Dios que actúe en su pueblo a causa de la injusticia, y Dios le da por respuesta la destrucción de todo el pueblo para borrar esa injusticia junto con los perversos. Esto lleva a Habacuc a enojarse con Dios, ya que no puede comprender el plan de Dios y su lugar dentro de él.

Confusión, desesperación, incertidumbre, desengaño, frustración, y vaya a saber cuánta ensalada más de sentimientos encontrados se generaron en el corazón del profeta.
La buena noticia en medio de todo esto, no es lo que el profeta experimento, sino lo que hizo con estos sentimientos y como Dios obro en medio de ellos.

Habacuc no guardo su incertidumbre y queja por lo contrario, se lo presento a Dios quejándose como uno verdaderamente debe quejarse. Cuando uno se queja no entiende por ello se queja, uno no puede quejarse con reverencia, porque ello sería resignarse, en la queja justamente lo que uno no quiere es resignarse. Y lo glorioso es que Dios recibe su queja y le responde y le habla.
 
Dios quiere escucharte hoy en medio de las cosas que no entiendes y/o te cuesta aceptar. No te calles, háblale, dile lo que te está pasando. Es necesario, ya que Dios quiere darte una palabra que te ayude a continuar.

Escribe Habacuc:
 
“Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.

Cada vez que le preguntes, Dios te va a responder. Hasta el momento lo que Habacuc había recibido no era lo que él hubiera esperado, y lo dejaba aún más confundido. Pero aquí vemos que Dios le habla y le dice que escriba y declare esa palabra, y el que la leyere pueda correr, lo que quiere decir que esta palabra ahora le iba ayudar a poder vivir, y seguir caminando.

Luego sigue diciendo:

 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.”

El resumen de esto es que, Dios le dice a Habacuc en medio de su queja y su falta de entendimiento frente a lo que Él está haciendo, que sus planes se van a cumplir y que él debería vivir por fe, confiando que lo que Dios hace, lo hace bien, aunque sea difícil de entender.
 
Habacuc se quejó y Dios le hablo. Hoy te animo a hablar con Dios de las cosas que no comprendes, o te cuestan aceptar, y aquellas que te parecen injustas. Necesitamos reclamar a Dios frente a ello. Porque cuando lo hacemos, Dios te habla y te ministra de tal manera que luego vamos a poder seguir caminando y avanzando sin quedar detenidos en el camino.

El atravesar por este proceso de enfrentarnos a Dios frente a las cosas que no entendemos, da como resultado una de los mejores frases de la Biblia.
 
“Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
18 Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
19 Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.”

Habacuc 3:17-19

Permití que en este día Dios te hable, también te lleve al entendimiento de que él está a cargo de todas las cosas y solo no te vas a quedar. Pero para primero derrama tu corazón delante de Él y no te guardes nada.

Pr Damián Weigandt


 

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