La Biblia nos da testimonio del interés de Dios en traer
bendición a nuestra vida. Si bien entendemos que la mejor parte se encuentra en
la persona de Cristo, en conocerle, en vivir la presencia de su Santo Espíritu,
y en las bendiciones espirituales de las cuales el Apóstol Pablo nos dice que tenemos
en abundancia por medio de Cristo. Aun así, personalmente creo que hay que ello
para nuestra vida.
Como hijos de Dios necesitamos las bendiciones espirituales
de nuestro Padre, pero aún más, también necesitamos bienes materiales para nuestro diario vivir. Y la buena noticia
es que Dios está interesado en ayudarnos también en esta área. Cuando Jesús
enseñaba a sus seguidores a no afanarse por las cosas de este mundo, no decía
que no eran importantes, sino más bien que Dios se iba a hacer cargo de ellas.
Si Dios cuida y viste a toda la creación como no lo hará también en y con
nosotros. (Mateo 6:25-34) Esto no debe ser preocupación nuestra, pues ya es
algo de lo que Dios se está ocupando.
Lo que quiero remarcar en este momento es que Dios te quiere
bendecir. Y lo quiere hacer en todas las áreas de tu vida. No es mi interés en
este momento el exponer todos los textos bíblicos que hablan sobre la bendición
de Dios para sus hijos, pero si
mencionar que la Biblia habla sobre bendición, espiritual, económica, familiar,
en los negocios, en el trabajo, en la descendencia, en vida larga y próspera,
abundancia, etc, etc, etc.
Ahora bien, si Dios está tan interesado en bendecirnos, y
nosotros tan interesados en que Él lo haga, ¿Qué es lo que frena esa bendición?
Porque cuantas veces levantamos nuestra mirada al cielo esperando a que se
abran las puertas de los mismos y la bendición comience a regar nuestra vida.
Pero a veces el tiempo pasa, los problemas siguen, nada cambia, todo monótonamente
igual, y comenzamos a preguntarnos nuevamente ¿No era que Dios quería
bendecirme? ¿Será que se olvidó? ¿Creí en algo que no era verdad? ¿Qué está
frenando su bendición?
Aquí es donde necesitamos replantearnos y afirmar algunas
cositas en cuanto a nuestra fe.
Quiero decirte que la salvación es un regalo incondicional de
parte de Dios, pero muchas de las bendiciones de Dios prometidas están
condicionadas a nuestra obediencia y participación activa en los caminos del
Señor.
Te repito que la Biblia está llena de bendiciones prometidas
y disponibles para los Hijos de Dios, sólo que muchas veces los Hijos nos
olvidamos de las cosas que el Padre nos está pidiendo que corrijamos para que
esa bendición pueda llegar. Las bendiciones se retrasan porque muchas veces hay
cosas que aun siendo Hijos las seguimos haciendo mal, y por ello Dios quiere
nuestro cambio, nuestra rendición a él, porque cuando nuestra vida cambia,
cuando modificamos los parámetros equivocados de nuestra conducta, es cuando
los cielos empiezan a abrirse.
Otra vez te pregunto: ¿Quién frena la bendición?
Jesús concluyo este tema con las siguientes palabras.
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
Pues cuando buscamos el Reino, cuando aprendemos a cómo
debemos comportarnos en él, cuando nos regimos por sus parámetros, cuando
hacemos la voluntad del Padre, el añade, sabe hacerlo, y lo hace bien, en
abundancia, y en el tiempo oportuno.
Que hoy nada frene la bendición de Dios para tu vida. Ponte
a su disposición, a ser enseñado por él, y verás los cambios que esto produce.
La bendición siga llegando a tu vida.
Pr Damián Weigandt
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