A mitad de semana – Ingredientes que le dan sabor a tu fe.

En la Biblia nos encontramos con una de las cartas que escribe el Apóstol Pedro en donde él les dice a sus interlocutores de la importancia de disfrutar las promesas de Dios (2 Pe 1:4) pero además que tenemos que agregar a nuestra fe algunos elementos que son necesarios para nuestro crecimiento.
 
“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.”
2 Pedro 1:5-8
 
La fe mueve montañas, pero es necesario que a nuestra fe le vayamos añadiendo algunos ingredientes que son necesarios para ser personas que no solamente creen, sino que también son instrumentos para llevar el amor de Dios a su entorno.
Cada uno de estos ingredientes son los que van a darle un valor agregado a nuestra caminar diario y serán aquellos que van a influenciar nuestra vida y la de otros al mismo tiempo.
 
Hoy en día muchos son los que creen. Pareciera ser que el “creer” no es un problema. Pero también vemos que muchos de los que creen no tienen una transformación notoria de sus conductas y hábitos.
Para que ello suceda, es que debemos incorporar los ingredientes que Pedro nos receta.
 
Repasemos cada elemento:
 
-          Fe: Sin ella es imposible agradar a Dios.
-          Virtud: Esto es excelencia moral. Lo valores y la ética que es correcta.
-          Conocimiento: No podemos pretender creer en un Dios del cual conocemos muy poco. Preocupémonos por conocer cada día más a Dios.
-          Dominio propio: Debemos aprender a sujetarnos, a tomar el control cuando suceden cosas que pretenden desestabilizarnos. Que no nos controle el miedo, el dolor, el sufrimiento, la ira, el odio, ni ninguna otra cosa.
-          Paciencia: Aprender a esperar en Dios. Las pruebas nos entrenan a ser pacientes.
-          Piedad: Esto no tiene que ver con misericordia sino más bien piedad en el sentido de “sumisión y/o devoción a Dios”
-          Afecto fraternal: De en cuanto nosotros dependa, estemos en paz con todos los que nos relacionamos.
-          Amor: Quien mejor que Dios que es amor, para que nos enseñe a amar.
 
Esto no es algo que sucede una vez y es para siempre, sino que cada día de nuestra vida, tenemos que agregarle un poquito más de cada ingrediente.
 
Si nos disponemos a participar de este ejercicio de vida, el Apóstol Pedro culmina diciendo que no vamos a estar “ociosos ni sin fruto” (v.8) en el conocimiento de Dios. Esto significa que si hemos conocido a Dios esto debe producir cambios, y para que existan estos cambios, esta receta es necesaria.
 
Hoy te animo que puedas agregar a tu fe, cada uno de estos elementos. Día a día decididos a incorporar todo aquello que nos hará crecer en el Señor para la gloria y la honra de su nombre.
 
Pr. Damián Weigandt

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