Para
llegar a ser llenos de gracia
¿Qué es la benignidad?
La benignidad es amor refinado. Se evidencia
claramente en el trato que les damos a los niños, a los ancianos, a los menos
afortunados que nosotros, a los animales etc. El ser amables y atentos en las
cosas pequeñas es una forma de comportamiento ¡prácticamente olvidado!
La amabilidad de decir: ¡que rica comida
hiciste para mi!… el decir “permiso” al levantarnos de la mesa ó pedir
disculpas por interrumpir una conversación con una persona porque alguien nos
llamo por teléfono o nos tocó el timbre…etc.
Simplemente consiste en ser cortés, respetuoso,
considerado, condescendiente, sin por eso ser el felpudo de nadie ¡por
supuesto!
En Efesios 4:32 Pablo nos enseña cómo ser
benignos. Dice: “Sed benignos unos con
otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdono
a vosotros en Cristo.”
La palabra de Dios nos enseña y testifica de
personas en el Antiguo Testamento que
han sido benignas. Uno de ellos fue David.
David
tenía un carácter benigno.
En 2º Samuel 18:5 podemos leer que le pedía a
su ejercito… “Tratad benignamente… al joven Absalón” en este relato se habla de la rebelión de Absalón hacia el
reino de su padre, pues intento destronarlo.
David era un varón conforme al corazón de Dios
aún cuando era un guerrero. El reconocía también la benignidad de Dios hacia
el. Si leemos 2ª Samuel 22:36 podemos cotejar como David exaltaba en su cántico
de liberación a Dios.
Dios lo había librado de la mano de sus
enemigos, de la muerte, de la angustia, de las tinieblas. Reconocía su benignidad
cuando le dio apoyo v 20.lo premio conforme a su justicia v 21.y en el verso 36
dice “Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu benignidad me ha engrandecido”
El
siervo del Señor ha de ser benigno
Isaías 40:10,11 dice: “he aquí que Jehová El Señor vendrá con poder…y pastoreará a las recién
paridas.” Este es un ejemplo de la benignidad del Señor hacia los más
débiles.
Isaías 42:3… “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humeare…”
este termino de la caña cascada y la mecha son dos imágenes poéticas que en
otros pasajes del antiguo testamento se refieren a un pueblo que se ha quedado
sin fuerzas. Muestra nuevamente la benignidad del Señor y de su misericordia al
sanar a los quebrantados.
En 2 Timoteo 2:24 Pablo expresa “El siervo del Señor no debe ser
contencioso, sino amable, para con todos, apto para enseñar, sufrido” o
sea, un siervo que no tiene amor no puede mostrar benignidad
En Tito 3:2 leemos “A nadie difamen, que…sean amables (con todos)… mostrando mansedumbre
para con todos los hombres.”
¿Cuál
debe ser nuestro ornamento? (vestidura)
1º Pedro en el capítulo 3 verso 4 nos dice: “El inconfundible ornato (atavió) de un
espíritu afable y apacible.”
Esto nos habla no de lo exterior, sino del
fruto interior que engalana a una persona llena de gracia.
El ornato es un adorno, un atavió, es para
vestir, engalanar. Si bien es un conjunto de cosas que sirven para decorar,
adornar, es el fruto del Espíritu
Santo el que nos reviste de todas las aquellas
cosas que hace de alguien, una persona llena de gracia.
Colosenses 3:12,13 Pablo nuevamente dice “vestíos… de benignidad…de mansedumbre”
La
benignidad es sabiduría
Santiago 3:17 dice: “La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacifica,
amable, benigna, llena de misericordia y de Buenos frutos”. Toda la palabra de Dios nos enseña.
Un comentario bíblico hace referencia acerca
de las relaciones humanas, las cuales fueron creadas para ser cultivadas y
alimentadas por la justicia. En la medida que nos dediquemos a satisfacer los
apetitos de nuestra naturaleza carnal, dejaremos de experimentar relaciones
plenas y satisfactorias con los demás.
En medida que practiquemos aquellas cosas que
Dios manda, nuestras relaciones se convertirán en una representación terrenal
de las que existen en el cielo.
Por esta razón, adoptemos y practiquemos
diligentemente…todo tipo de actitud correcta en nuestras relaciones con otras
personas.
…Amor, compasión, humildad, generosidad al
perdonar y paciencia
Por Mónica
No hay comentarios:
Publicar un comentario